¿Has sentido alguna vez las ganas de formar parte de un grupo al que has escuchado en un concierto? Sí, pero te asusta un poco lo que intuyes que hay detrás de esa música y piensas que eso es demasiado para ti. Aquí te decimos la verdad sobre los coralistas-cantores de la Schola. Y, de una vez, te invitamos a que te unas a nosotros.
Los cantores de la Schola no son un equipo de Pavarottis, ni han pasado todos por el Conservatorio de música ni aspiran a ganar el concurso de mejor coro del mundo mundial. Claro que hay algunas voces mejor timbradas que el resto y varios se manejan en el mundillo de los pentagramas. Pero la mayoría somos voces “normalitas” que encuentran un sitio en el conjunto que hace música sin pretensiones de grandeza. Hace la música que sabe y puede hacer.
Si hubiera que poner en breve las condiciones para ser cantor de nuestra Schola, se podría decir: ganas de cantar, compromiso de trabajar, un mínimo de voz y un oído medianamente bueno. Luego te asignan a una cuerda y ahí empieza la tarea de aprendizaje que, como siempre, implica esfuerzo y dedicación. Y un día te encuentras cantando con los compañeros y viviendo la experiencia del coro, que es única.
Los cantores o coralistas son los socios más activos de la Schola. Ensayos todas las semanas, conciertos… y lo que ellos implican. Son los mismos cantores quienes, con el director, llevan a cabo las tareas necesarias para que los conciertos sean posibles, desde el utillaje hasta la presentación de los mismos, pasando por las tareas de archivo, soporte informático, medios audiovisuales, etc. Y es que la Schola no es una sociedad anónima, sino una sociedad de “socios” que la hacen vivir con sus propias fuerzas.
La “paga” de los cantores es la música que hacen y el ambiente que se genera hacia dentro del coro. De vez en cuando una excursión y una comida para reparar fuerzas y cantar una sobremesa… y el lunes siguiente nuevamente al ensayo.
Así que, ya sabes. Si te gusta cantar, estás dispuesto a librar unas horas a la semana para venir a los ensayos y tienes un buen oído… en la Schola hay un puesto para ti. Lo del traje negro y el corbatín… eso se hace rápido. Si conoces a algún coralista, haz el contacto a través de él y, si no, tienes las opciones de acercarte a cualquier cantor después del concierto y/o presentándote por el local de la Schola cualquier día de ensayos. Anímate.
Te esperamos.
¡¡ANÍMATE!!
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