La otra Schola

Dedicado a todos nuestros antecesores en la Schola Cantorum.

LA OTRA SCHOLA
Jamás se resignaron a no seguir cantando,
durante muchos años, el canto fue su vida,
y cuando fue llegando su hora de partida,
allá donde marcharon se fueron concentrando.
Perico y Abascal, Chapero y Segurola,
Ricardo y Daniel Bringas, haciendo chirigotas,
el «Txistu», Roji, Monge y el resto de la flota,
en ese gran proyecto llamado LA OTRA SCHOLA.
Y así, durante años formaron un gran coro
compacto y armonioso como tuvieran antes,
con su amor a las notas, con sus voces brillantes,
con su eterna alegría y su sonar canoro.
Y todos se implicaron en esa gran tarea
cómo viejos guerreros cuidando su tesoro;
en un arcón precioso, sus viejas voces de oro
y todo un repertorio de notas y corcheas.
Ayer se les ha unido un bajo, un hombre bueno,
un cantor que, en la Schola, lo ha demostrado todo,
cantando con su cuerda o en sus brillantes solos,
el de las barbas blancas, el de la voz de trueno.
Ya goza en compañía de sus viejos colegas,
cantando y recordando sus alegres vivencias
con su cámara a punto y con sus ocurrencias
y echando algún txikito en su nueva bodega.
Si aguzas el oído y escuchas un momento,
en los atardeceres, oirás sus voces quedas,
canciones de otros tiempos en calles, en veredas,
en el sonar del río y el ulular del viento.
Y dicen los cantores que, en días de concierto,
se unen a sus voces aquellos que se fueron,
a revivir con ellos lo que tanto quisieron,
y que eso les ayuda a cantar con más acierto.
Juran que en esos días perciben su presencia,
se sienten arropados por viejos compañeros,
que hasta con la bandera sienten a Juanjo Olleros
y esos días la Schola derrama sus esencias.
Y además de estar vivos en la mente de todos,
perduran en las voces de los nuevos cantores,
esos viejos guerreros, casta de luchadores,
están a nuestro lado, cantando codo a codo.
Jamás se resignaron a no seguir cantando.

Agosto de 2017
Jose Cruz Sainz Alvarez

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